21 noviembre 2014

Violencia invisible, producción artística y explotación económica

Dos aproximaciones a la producción artística: en el primer caso considerada como actividad manual, y en el segundo en el contexto actual ‘postfordista’; de las dos parece extraerse la misma conclusión y nos dan que pensar.
Violencia invisible es una exposición que podemos visitar en Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Vitoria-Gasteiz. Comisarios: Zoran Erić, Blanca de la Torre y Seamus Kealy. Nos detenemos en la instalación de Milica Tomic, RE-ASSEMBLIG. El arte y su relación con el trabajo.
http://www.artium.org/Castellano/Exposiciones/Exposicion/tabid/176/language/es-ES/Default.aspx?pidExposicion=262
En Brumaria encontramos la reseña de un libro de Pascal GielenEl murmullo de la multitud artística. Arte global, política y posfordismo. http://brumaria.tictail.com/product/31

Violencia invisible no es una exposición sobre formas de violencia explícita, aunque puedan aparecer o intuirse algunos conflictos como telón de fondo y formando parte de los contextos culturales, geopolíticos o económicos. Casi todas las obras exploran elementos que están incorporados a los dispositivos del lenguaje y a los medios de la representación en nuestro espacio cotidiano. “Este proyecto analiza la denominada «violencia invisible» del día a día tal y como se hace manifiesta en la vida cotidiana, doméstica y laboral; la violencia administrativa y burocrática; la violencia visual en la publicidad y los medios de comunicación, a la vez que plantea algunas formas sutiles de sectarismo y animosidad colectiva a partir de circunstancias históricas recientes. Se trata de unas formas de violencia que, sin ninguna duda, son omnipresentes a escala global. Las comparaciones de estos tipos de violencia se estudian reuniendo obras de artistas que polemizan sobre asuntos territoriales, nacionalistas, mitológicos y relacionados con la identidad, sin caer en representaciones dualistas, segmentadas o contrapuestas.”

Particularmente se hace énfasis en el caso de la construcción de un sector público y una ciudadanía europea; nos situamos en un nuevo contexto normativo y sociopolítico: “nos enfrentamos a una situación en la que las recientes normas, legislaciones y acuerdos interestatales promulgados en el seno de la Unión Europea podrían sembrar el germen de unas nuevas clases de violencia. En resumidas cuentas, la finalidad última de este proyecto es poner de relieve los aspectos universalizadores de las nuevas formas de violencia invisible que se están imponiendo ahora mismo en la totalidad de Europa; unas formas de violencia que cabría calificar como una grave amenaza para el establecimiento de unos ideales igualitarios de ciudadanía en el marco europeo.

La exposición requiere tiempo y calma. Abunda la documentación gráfica y audiovisual y resultan inquietantes las experiencias y los acontecimientos que nos señalan otras direcciones que van más allá del asunto que estamos tratando aquí. Para esta entrada elegimos el trabajo de Milica Tomic, en su instalación RE-ASSEMBLIG. El arte y su relación con el trabajo. En los documentos dispuestos en las mesas de consulta, la artista nos ofrece ejemplos de producción participativa de una obra y aborda el modo en que el arte forma parte de  los procesos de producción. Con su proyecto quiere investigar la relación que se establece con la economía, la política y el trabajo manual. Podemos entender que el arte sirve para tejer redes de explotación, mantiene espacios de control incluso dentro de modelos de autoría colectiva y, pese a la apariencia de  funcionar como una práctica democrática emancipadora, se organiza de modo similar a los sistemas de participación de la sociedad civil y pueden llegar a tomarse como metáfora de las estructuras parlamentarias.

Esta idea referida a las prácticas artísticas y el trabajo manual nos permite dar un salto y preguntarnos por otras formas de producción. En la sinopsis del libro de Pascal Gielen: El murmullo de la multitud artística. Arte global, política y posfordismo encontramos ideas que están muy cerca de las que habíamos entresacado del trabajo de Milica Tomic«Dinamismo», «movilidad», «adaptabilidad», «horarios flexibles», «proyectos», «contratos temporales» donde los hubiere… «libertad ilimitada». Son expresiones comunes a día de hoy, y forman parte de la idiosincrasia del mundo del arte y del vasto sector de profesiones creativas. En El murmullo de la multitud artística Pascal Gielen defiende la hipótesis de que la escena artística global es una entidad de producción perfecta para la explotación económica. La industria cultural capitaliza la ética e idiosincrasia típicas del mundo del arte, con lo que este se ha convertido en un modelo estandarizado de producción. Los gobiernos abrazan ese modelo y lo aplican sin titubear a la economía de mercado neoliberal que domina a nivel global.”

Tendremos que detenernos más tiempo en ambas obras para comprobar la intuición inicial de que independientemente del contexto de producción de la actividad artística, artesanal o 'postfordista', la creación artística es un caldo de cultivo ideal y modelo de la explotación económica. J T